HACIENDO UN ALTO PARA ESTAR CON DIOS



HACIENDO UN ALTO PARA ESTAR CON DIOS


Vía: https://www.nationalgeographic.com.es/viajes/diez-impresionantes-lagos-de-montana_9264


“Estad quietos, y conoced que yo soy Dios” 
(Salmo 46:10)

Ya sea que se trabaje, se estudie o se hagan las dos cosas a la vez, hacer un alto parece imposible. Si se suma el tiempo que dedicarnos a trasladarnos más las responsabilidades de la casa, si hay que hacer tarea, lavar ropa o barrer, el detenernos se vuelve más complejo. A lo anterior hay que añadir el cansancio que se genera a lo largo del día que nos hace buscar vías de escape para desconectarnos de la rutina, y ya sea que se vea una serie o que se pase tiempo en las redes sociales, el día se consume rápidamente sin que parezca fácil detenerse para buscar de Dios.

Hacer un alto puede ser difícil no solo por causa de la rutina y las responsabilidades, se complica más si consideramos que tal vez sea necesario posponer algunos placeres apagando o ignorando televisiones, computadoras, tabletas y celulares. Sin embargo, aunque visto desde afuera, el buscar a Dios parece un sacrificio, la verdad es que, más que una carga es un autentico placer.

“Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre.” 
(Salmo 16:11)

Conforme más tiempo dediquemos a buscar de Dios, será más notable que es un deleite cada minuto que pasamos a su lado. No es que sea malo dedicar algo de tiempo a la recreación a través de la televisión o el internet, pero los momentos de diversión que podemos encontrar en ellos no se comparan en nada con la felicidad que genera la presencia de Dios en nuestras vidas. Hay muchos que por una razón u otra no han llegado a sentirse plenos a pesar de tener buenos trabajos o buenas familias, porque la plenitud de gozo se alcanza únicamente en la presencia de Dios. No hay más.

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” 
(Mateo 11:28)

Todos podemos tener días cansados en que necesitemos desconectarnos de la rutina y las responsabilidades, pero en lugar de buscar ese escape a través del internet o de cualquier otra actividad de ocio, busquemos ese respiro con Dios. Jesús dijo que si veníamos a él, tanto trabajados como cargados, él nos haría descansar; porque estando con él podemos reposar nuestra alma para recibir plenitud de gozo. Pero esto nunca lo conseguiremos sin hacer un alto, porque se requiere estar quieto por un momento para disfrutar de la presencia de Dios.



Mary Carmen Olague

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