TRES CONSEJOS PARA TERMINAR EL AÑO (Tres versículos para iniciar el año)


TRES CONSEJOS PARA TERMINAR EL AÑO

(Tres versículos para iniciar el año)




El cambio de año tradicionalmente se presta para hacer un balance del periodo que terminó. Se guardan muchos momentos en nuestra memoria, algunos que preferimos dejar pasar y otros que atesoramos con cariño para la posteridad, se puede aprovechar para avaluar tanto los errores como los aciertos, algunos aprovechan la oportunidad para corregir el rumbo y otros inician nuevos proyectos.

Independientemente de la forma y los modos en que cada quien decida terminar e iniciar un año, aquí tenemos tres consejos muy generales que pueden ser útiles para cualquier persona. A cada consejo le acompaña un versículo que nos puede servir como guía. Pueden parecer trillados, pero recordemos que Dios es el mismo de ayer hoy y siempre,[1] así que su palabra sigue siendo útil y efectiva sin importar el paso del tiempo, con mayor razón si la ponemos en práctica.

1.   Ser agradecidos

“Dar gracias en todo, porque está es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.” (1 Tesalonicenses 5:18)

La lista de agradecimientos puede ser muy variada, pues realmente depende de aquello que consideremos relevante y esto varía dependiendo de la persona. Se puede agradecer por nuevos proyectos como iniciar una empresa o entrar a la escuela, por las personas que formaron parte de nuestra vida, ya sea familiares, amigos o colegas, por los bienes obtenidos o por los viajes realizados o podemos ir más lejos y agradecer por la salud, el amor y la amistad que nos acompañaron a lo largo del año.

La Biblia nos enseña a ser agradecidos en todo. Hay años muy buenos que están acompañados de los mejores momentos, hay otros que pasan sin pena ni gloria, mientras que hay otros que urgía que se terminaran. Así que, sin importar la calidad del 2018, sin importar las adversidades, los problemas, los disgustos y los malos recuerdos, seguro hay algo por agradecer, así solo nos quede agradecer porque el año se terminó.

No todo es malo siempre. En los momentos difíciles también podemos ver la mano de Dios que nos acompaña, a veces enviándonos alguien para echarnos la mano otras con un verdadero milagro. Siempre se aprenden lecciones que nos ayudan a crecer, siempre se puede sacar algo positivo de lo malo, porque para los que amamos a Dios todas las cosas nos ayudan para bien[2], absolutamente todas.

2.   Olvidar el pasado

“No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas.” (Isaías 43:18)

Una vez que se es agradecido, lo que sigue es olvidar. Los buenos recuerdos pueden ser muy valiosos pero también pueden ser un estorbo para crear nuevos, hay muchos que se aferran a las glorias pasadas y no se dan oportunidad de crear nuevas y mejores. En Cristo las cosas viejas pasaron y todas han sido hechas nuevas.[3]

El nuevo año es la oportunidad de hacer borrón y cuenta nueva a todo. Con mayor razón si se trata de olvidar aquello que nos lastimó, no tiene caso estar reviviendo heridas cuando uno de los mejores remedios para la sanidad interior es el olvido. Este pasaje nos enseña a no alimentar la memoria para poder seguir adelante.

Una de las claves de la vida con Cristo consiste en dejar todos los días el pasado atrás para vivir cada día las misericordias de Dios y sus bendiciones de forma renovada. Uno de las mejores formas de vivir en paz es teniendo la cabeza más puesta en el presente y menos ocupada con el pasado.

3.   Hacer planes

“Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella.” (Habacuc 2:2)

Este consejo va de la mano con el anterior. Es muy complejo hacer planes cuando se sigue viviendo en las glorias pasadas o en los malos recuerdos. En este 2019 ya no importa si en el 2018 fuimos los mejores en la natación o si nuestro negocio fue el número uno en ventas, es un nuevo año que requiere de nuevos planes y nuevos propósitos para funcionar.

Sin embargo, una de las razones por la cual muchos propósitos de año nuevo no llegan si quiera a terminar el mes de enero es porque no se escriben. No es suficiente decir que este año queremos bajar de peso, que nos vamos a poner a dieta, que nos vamos a inscribir al gym o que vamos a empezar a tocar piano, solo por poner algunos ejemplos. Es necesario escribir nuestra visión en tablas para que no olvidarla, es necesario que detallemos un plan con los cómos y los cuándos para que podamos llegar a nuestras metas.

Si se trata de bajar de peso, hay que escribir cuántos kilos se desea bajar por mes y escribirlos, si se desea comenzar a leer, hay que escoger por lo menos las lecturas del próximo semestre y decidir cuáles se harán cada mes. Si se pone lo anterior por escrito y se revisa de forma periódica, será más fácil que nuestras resoluciones de año nuevo por lo menos lleguen al mes de junio. Necesitamos ser realistas y elaborar planes medibles y alcanzables, para ello, es fundamental escribirlos para que cualquiera que los lea (incluidos nosotros) podamos correr para alcanzarlos, si es necesario, ponerlas en un lugar visible para recordarlas constantemente.

Tal vez no serán los consejos de año nuevo más innovadores ni los más originales, pero si estoy segura que son muy útiles y que funcionan. Es muy fácil comenzar con un nuevo año cuando se es agradecido por las bondades y los aprendizajes del año que paso, cuando se sueltan las memorias y se las deja en el pasado atrás, pero sobre todo, es muy bueno iniciar un nuevo periodo con planes renovados, que le brinden esperanza al periodo que comienza.

Mary Carmen Olague


[1] Hebreos 13:8
[2] Romanos 8:28
[3] 2 Corintios 5:17

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