LA ESPIRITUALIDAD NO SIEMPRE ES EL CAMINO


LA ESPIRITUALIDAD NO SIEMPRE ES EL CAMINO




Últimamente he notado, que entre algunas personas hay un consenso generalizado de que cualquier idea o práctica que esté relacionada con lo espiritual es buena en sí misma, de alguna forma, con el tiempo se ha pasado a asociar todo lo espiritual con lo bueno aunque no siempre sea así. La Biblia efectivamente nos enseña que existe un mundo espiritual que no podemos percibir con nuestros ojos físicos pero al que podemos acceder por medio del mundo natural:

“Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.” (Romanos 1:20)

Efectivamente, existe una conexión entre el mundo natural o físico y el mundo espiritual. Sin embargo, la Biblia también nos enseña, que no todo lo existente en el mundo espiritual es para nuestro provecho, por ejemplo, cuando habla en contra de prácticas como la adivinación o la hechicería, que en el capítulo cinco a los Gálatas vienen acompañadas de las obras de la carne (por poner un ejemplo), o cuando nos explica lo siguiente:

“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” (Efesios 6:12)

Hay un mundo espiritual en el que existe tanto Dios trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo, acompañado de otros seres celestiales (algunos de ellos descritos en el cuarto capítulo de Apocalipsis), y existe satanás acompañado de sus huestes espirituales de maldad que habitan en las regiones celestes. Por lo tanto, en el mundo espiritual, existen dos caras o dos fuerzas operando, las que corresponden a Dios y las que corresponden a satanás.

Desafortunadamente, si no se tiene cuidado, es muy fácil seguir doctrinas o ideas que por llevar la espiritualidad como bandera tienen apariencia de bondad. Que con el pretexto de buscar la paz interior o de hacer buenas obras pueden engañar y confundir a quien no tiene un conocimiento sólido de la Palabra de Dios. No quiere decir que esté mal buscar la paz interior o que se esté en contra de realizar buenas obras, el punto es que no todo lo que parece piadoso necesariamente lo es:

“Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.” (2 Corintios 11:14-15)

Es muy común que quienes profesan otro tipo de creencias o filosofías distintas al cristianismo le digan al creyente cristiano que no cree en viajes astrales, en adivinaciones o en limpias (inserte aquí cualquier práctica espiritual), no es que no se crea en ellas, sabemos que las hay y que son verdaderas en el sentido de su existencia, pero quien ha conocido la Palabra de Dios sabe que no llevan al conocimiento de Dios aunque existan.

El creyente en Cristo debe saber que solo hay un camino para conocer a Dios Padre, que aunque existan muchos caminos aparentemente buenos, si éstos no están fundados en Cristo, significa que su fin es de muerte y no de vida. Por eso el creyente debe estar firme en el siguiente principio:

“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,” (1 Timoteo 2:5)

Es cierto que hay muchos caminos de espiritualidad, es cierto que hay muchas ideologías que pueden parecer piadosas por medio de discursos muy elocuentes e incluso congruentes, es cierto que hay muchas prácticas espirituales que el ser humano puede realizar, como los viajes astrales o las adivinaciones, pero la verdad máxima, es que nada de lo anterior nos lleva a estar con el Padre:

“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6)

Para finalizar, es importante saber que, cualquier idea o práctica que se nos presente con la espiritualidad por delante no la debemos tener por correcta solo por ser espiritual; lo que nos lleva a la vida, son aquellas ideas y prácticas que buscan el conocimiento de Cristo y por lo tanto de nuestro Padre Celestial. Si tenemos dificultad para distinguirlas, podemos emplear el siguiente pasaje como guía:

“derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,” (2 Corintios 10:5)

Cualquier idea o argumento, sin importar su apariencia de piedad, su congruencia o elocuencia, si no lleva al conocimiento de Dios, debemos desecharlo por medio de la obediencia a Cristo. Por eso, la espiritualidad no siempre es el camino a Dios, el camino es Cristo porque él es el único mediador entre Dios y los hombres.


Mary Carmen Olague

Comentarios

  1. Y ¿Qué es la obediencia a Cristo Jesús?

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    1. ¿En qué sentido va la pregunta? En relación con el texto, si el objetivo fue mostrar que la espiritualidad debe ser cristocéntrica, entonces la obediencia a Cristo es parte de una espiritualidad sana. Cualquier forma de espiritualidad que no tenga a Cristo en el centro (incluye la obediencia), entonces es incorrecta.
      Espero haber resuelto tu duda.

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