UN MENSAJE DE RESURRECCIÓN

UN MENSAJE DE RESURRECCIÓN


Vía: https://www.increiblefotos.com/imagenes/tumba-vacia-imigen-resurreccion-de-jesus-8a.html 


“Sorbida es la muerte en victoria” (1 Corintios 15:54)

Con la llegada de la semana santa revive en mí una vieja enseñanza que viene de mi abuela: los días santos no son para vacacionar sino para conmemorar la muerte y resurrección de Jesús. Con una vez que mi madre lo mencionara fue suficiente para que calara hondo en mi mente, sobre todo, esta enseñanza logró echar raíces más que por las palabras, por la práctica, pues efectivamente, mi familia nunca usó estas fechas para vacacionar, sino para reunirnos en la iglesia para el aprendizaje de la Palabra de Dios.

Con lo anterior no busco satanizar el periodo vacacional, ni juzgar, señalar o condenar a quienes emplean estas fechas para salir de vacaciones, finalmente, debido a las dinámicas laborales de muchos, es probable que sean los únicos días disponibles en todo el año para salir de viaje o para convivir con familiares o amigos.

Sin embargo, independientemente de los cómos y los dóndes se decidan pasar estos días, ya sea en la iglesia, en reuniones familiares o en la playa, considero importante que los creyentes, en donde quiera que se encuentren, no dejen de lado aquello que se conmemora, la muerte y resurrección de Jesús para el perdón de los pecados.

“¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?”(1 Corintios 15:55)

¡Es la celebración de la victoria sobre la muerte! Me maravilla el poder de Dios capaz de traer —después de tres días— un muerto a vida. Un poder que a más de dos mil años continua vigente para darnos vida juntamente con él, para salvarnos eternamente y darnos una vida abundante[1] en esta tierra, tanto en salud física y mental, como en finanzas, en relaciones interpesonales, pero sobre todo, en amor mismo. Un poder que no se regresó al cielo sino que ahora permanece con nosotros:

“Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.” (Romanos 8:11)

Un poder que nos habita para vivificar nuestros cuerpos, para darle vida a todas aquellas situaciones que sin Cristo estuvieran muertas, para resucitar salud, familia, finanzas o cualquier situación que hayas dado por desahuciada. No debemos olvidar que la vida misma nos ha sido dada a través de Cristo para todo la eternidad.

“Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” (Romanos 10:9-10)

Es la convicción de que su muerte y resurrección realmente sucedieron, confesemos con nuestra boca la victoria en la cruz como hechos reales y no como simples metáforas. Reconozcamos a Jesús, no solo como maestro o profeta, sino como el Cristo, el mismo hijo del Dios viviente que vino a este mundo para dar su vida en rescate por todos nosotros,[2] al único que pudo decir:

“Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.” (Juan 11:25)




[1] Juan 10:10
[2] 1 Timoteo 2:6

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