ESCOGIENDO LA MEJOR PARTE (Para ser menos como Marta)
ESCOGIENDO LA MEJOR PARTE
(Para ser menos como Marta)
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Jesús
visita a Marta y a María:
Aconteció
que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió
en su casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual,
sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con
muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana
me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo:
Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es
necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.
(Lucas
10:38-42)
La sociedad nos ha vendido la idea, con
todo y los avances en materia de igualdad, que una mujer, en especial si es ama
de casa, debe vivir cargada de responsabilidades. La expectativas por tener una
casa perfecta en todos los sentidos, desde la limpieza excepcional, pasando por
los hijos bien educados, la buena relación marital hasta su aspecto físico, han
puesto cargas en la mujer, que aceptémoslo, son imposibles de llevar, a menos
que se cuente con mucha ayuda de terceros.
No se diga si se tiene un trabajo remunerado
por fuera. Seguro hay jornada doble, la del empleo y la del hogar. El caso es
que nunca se descansa y en caso de haberlo, es estigmatizada como floja e
irresponsable. Si no se tiene cuidado con estas ideas, para la mujer creyente
es peor, una mala interpretación del pasaje de la “Mujer Virtuosa” más el deseo
de servir a Dios en un ministerio, puede hacernos trabajar 24/7 sin tener ni
siquiera un momento de intimidad con Dios real.
Aquí es donde me quiero detener. El pasaje
con el que abrimos, nos enseña a esa mujer, que puedes ser tú o yo, tu mamá, tu
esposa, tu hermana o tu hija, que con el afán de servir ser turba y se afana en
medio de múltiples quehaceres y por ello se pierde de la mejor parte: escuchar
la palabra de Jesús. Sé que no es el caso de todas, pero sí de muchas.
Ya sea tu caso o el de una amiga, medita
en este pasaje para valorar los tiempos de descanso y deleite con el Señor,
libres de las cargas de los quehaceres y los cientos de responsabilidades. No
intento defender la flojera o la apatía, pero sí considero que este pasaje nos
enseña que debemos de llevar una vida equilibrada, entre las muchas actividades
y los momentos de hacer un alto para estar con Dios, por algo Jesús mencionó la
buena parte como el momento de detenerse para oír su palabra,
Venid
a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad
mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y
hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi
carga.
(Mateo
11:28-30)
Para todas la mujeres que se encuentran en
esa situación, sé que puede ser cansado tener jornadas de trabajo tan largas,
sean o no remuneradas, dentro o fuera del hogar, o ambas. Por eso es necesario
saber que en Cristo podemos encontrar descanso para nuestras almas tan
agobiadas por tantas cargas y trabajo; mejor su yugo, que es fácil y con una
carga ligera. Así que, seamos menos como Marta y más como María.
Mary Carmen Olague
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