TIEMPO DE AGRADECER

TIEMPO DE AGRADECER 






Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.

1 Tesalonicenses 5:18 



En estos tiempos de adversidad es muy fácil perder de vista que seguimos estando bendecidos con toda bendición espiritual en los lugares celestiales con Cristo (Efesios 1:3). La pandemia, la crisis económica que le acompaña, el aislamiento y demás situaciones pueden hacer que nos olvidemos que aún tenemos mucho por agradecer.


Cuando Jesús habló del afán y la ansiedad (Mateo 6:25-34) dejó muy claro que, para aquellos que hemos puesto en primer lugar el reino de Dios y su justicia, el alimento, la bebida y el vestido están asegurados. Nos dijo que ya no depende de nuestras fuerzas y no tenemos que preocuparnos por ello, pues si él se encarga tanto de aves como de flores, cómo no lo hará también con nosotros, sobre todo, de aquellos que somos sus hijos.



No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

Filipenses 4:11-13


Tenemos mucho por agradecer, más allá de la crisis, hay vida, salud, familia y demás. Si no estamos agradecidos por ello, tal vez sea porque el consumismo previo es un estorbo para ver más allá de lo material. Por eso el apóstol Pablo había aprendido a contentarse, tanto en abundancia como en escasez, porque hay momentos buenos y malos, pero nuestra felicidad no depende de ellos sino de Dios. Tenemos a Cristo que nos fortalece en los momentos difíciles y que provee para todo sin importar la adversidad. 


No olvidemos que “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces,” (Santiago 1:17). Aquellas cosas buenas que nos rodean provienen de Dios y de nadie más, sobre todo en estos días, jamás debemos olvidar que nada lo obtenemos en nuestras fuerzas, sino que todo proviene de la gracia de Dios.


Aclamad a Jehová, porque él es bueno; Porque su misericordia es eterna.

1 Crónicas 16:34


Seamos agradecidos con todos y por todo, pero especialmente, con Dios. No perdamos la oportunidad de alabarle, de expresar con nuestros labios todas sus bondades porque su misericordia no tiene fin. 


El siguiente pasaje es especialmente bello para mí, porque me enseña que, sin importar cómo se encuentren las circunstancias, Dios merece mi alabanza por el simple hecho de ser él. No debo esperar a que todo se solucione para alabarle y agradecerle, le alabaré aunque todo se vea mal, porque lo conozco y sé que a pesar de la dificultad actual, la tribulación no es eterna.


Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación.

Habacuc 3:17-18


Este pasaje no es para conformarnos con la crisis. Es para aprender a alabarle en medio de la sequía y la escasez, porque sabemos que su poder no se ha acortado, por el contrario, nos ha dado el, poder y la autoridad para que las cosas puedan obrar a nuestro favor, aunque por el momento no veamos frutos.


Es tiempo de agradecer. Yo agradezco por mi familia, porque a pesar de todo, ella está bien, porque no me ha faltado su provisión en medio de esto y porque nos ha mantenido sanos. Le agradezco, porque sus promesas siempre se han cumplido en mi vida, y estoy segura que en la tuya también, si le das la oportunidad de entrar.


MaryCarmen Olague 

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