DE DOGMA A VIDA
DE DOGMA A VIDA
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Imagen: pngtree |
Porque la letra mata más el espíritu
vivifica
2
Corintios 3:6
Aunque la palabra dogma no goza de mucha
popularidad dentro del cristianismo evangélico o protestante –como
quiera que se le guste nombrar– eso no significa que no los
tengamos o que ciertas ideas no puedan ser consideradas como dogmas.
Un dogma es el punto esencial de una doctrina que no puede ponerse en
duda o una verdad que no puede ser cuestionada. Dentro de esta
definición entran las afirmaciones más importantes del cristianismo
como que Jesús es el Hijo de Dios, que Jesús murió y resucitó y
que la Biblia es la Palabra de Dios.
Lo interesante aquí es analizar por
qué creemos en este tipo de afirmaciones que podrían no tener bases
científicas ni racionales. No significa que las esté negando, pero
sí quiero que dejemos de usar esas afirmaciones como dogmas y que
los pongamos a la luz de la revelación del Espíritu Santo. Si
ponemos atención al pasaje con el que abrí este texto, cuando dice
que la “letra mata” el apóstol Pablo refería al
mandamiento del antiguo testamento que era seguido por los creyentes sin la correspondiente revelación y terminaba por no dar vida a
quienes lo practicaban. Después, cuando dice que “el espíritu
vivifica” significa que es el Espíritu Santo quien dota de vida a
los mandamientos, quien le da contenido a las ideas que están
escritas en la Biblia, por eso Jesús dijo: “las palabras que yo
les he hablado son espíritu y son vida”1
Por esa razón podemos afirmar que “la palabra es viva y eficaz.”2
Es aquí donde viene lo interesante,
nuestra fe no debe estar sustentada en ideas incuestionables sin
razón alguna, pues la Biblia dice que Dios busca nuestro culto
racional para que transformemos nuestra forma de pensar y así
podamos comprobar cuál es la buena voluntad de Dios.3
Dicho de otro modo, él no busca que le creamos como fanáticos que
siguen dogmas, Dios necesita que haya un entendimiento genuino de su
palabra para que así se pueda dar un cambio en el creyente.
Quien cree en los principios de Dios
solo como un dogma terminará por encontrar un camino de muerte
porque seguirá los mandamientos de una forma vacía sin la
revelación espiritual que debe acompañarle, es necesario que el
Espíritu Santo vivifique el conocimiento de la Palabra, es decir, el
estudio y compresión de la Palabra debe acompañarse de lo que
comúnmente llamamos revelación para que los mandamientos
bíblicos dejan de ser dogma y cobren vida.
La mejor parte viene después de la
revelación en el momento en que la palabra comienza a dar
resultados. Recordemos que en la parábola del sembrador4
Jesús asemeja a su palabra con una semilla, ¿por qué? Porque da
fruto, porque da resultados. Cuando uno estudia la palabra de Dios y
busca la revelación del Espíritu Santo, cuando uno comienza a
entender cómo funcionan los principios inamovibles de Dios es cuando
se producen resultados, es cuando se produce vida.
Puedo evaluar si lo que estoy creyendo
me es útil o no de acuerdo a los resultados tangibles en mi vida,
por eso Jesús también dijo que “por sus frutos los conocerán”5
porque el efecto de estudiar la Palabra de Dios con la revelación
del Espíritu es que podemos comprobar la buena voluntad de Dios,6
es así cuando la fe produce resultados.
Por esa razón creo que la Biblia es
la Palabra de Dios, no por un dogma ni por una imposición carente de
razón y entendimiento. Creo en ella porque he visto sus resultados
en mi vida, con esta afirmación no busco darme aires de
superioridad ni nada parecido, pues reconozco mis múltiples áreas de mejora y que mi persona está en
continua transformación. Pero sí es un hecho que he podido
comprobar la buena voluntad de Dios tanto en mí como en otros
creyentes. Yo misma he experimentado milagros financieros y de sanidad producto de la revelación y el poder del Espíritu
Santo, he visto a matrimonios restaurados gracias a la palabra, a
personas sanadas, desde las más sencillas enfermedades hasta algunas
aparentemente incurables, he visto dinero aparecer donde no lo había
porque la Palabra de Dios es viva y eficaz.
Por esa razón recomiendo, que al
encontrarnos con un incrédulo no lo ataquemos con argumentos
religiosos como “la Biblia dice,” sí, los que hemos tenido la
revelación por medio del Espíritu Santo sabemos que ella es verdad, pero para los inconversos no tiene ninguna validez lo
que diga la Biblia. Por esa razón Jesús hacía milagros, porque era
necesario que los no creyentes pudieran comprobar el poder de Dios
para creer. Ahora es nuestra labor que otros puedan ver los
frutos de la Palabra en nuestras vidas, por eso somos cartas de
Cristo escritas por el Espíritu para que puedan ser leídas por
todos7
para que a través de nuestro testimonio otros puedan creer que la
Palabra de Dios es viva y eficaz, para que los resultados de la
revelación en nosotros le den vida a las letras que para otros están
muertas.
Mary Carmen Olague
1 Juan
6:63
2 Hebreos
4:12
3 Romanos
12:1-2
4 Mateo
13:1-23
5 Mateo
7:16
6 Romanos
12:2
7
2 Corintios 3:2-3
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