LO TENGO POR BASURA: ¿A QUÉ SE REFERÍA PABLO?
LO TENGO POR BASURA: ¿A QUÉ SE REFERÍA PABLO?
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Y ciertamente, aún estimo todas las
cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo
Jesús, mi Señor, por amor del cuál he perdido todo, y lo tengo por
basura, para ganar a Cristo.
Filipenses 3:8
El pasaje anterior es comúnmente
utilizado para enseñarle al nuevo creyente la necesidad de dejar su
vieja vida por el servicio de Cristo, para mostrarle que todo el
conocimiento que adquirió antes de conocerle ahora ya no tiene
valor, pues debe ser considerado como pérdida para hacerle decir:
“lo tengo por basura.” Tal vez la anterior afirmación suena muy
radical y puede que estemos cayendo en la exageración. No obstante, tiene su parte de verdad si consideramos que Dios hace nuevas
todas las cosas1
y que hemos sido diseñados como nuevas criaturas.2
Cuando nos preguntamos ¿a qué se refería Pablo con esta afirmación? No tenemos la intención de negar esa enseñanza ni de afirmar que hay mejores cosas que el conocimiento de Cristo, sin embargo, si analizamos ese pasaje en su contexto, nos vamos a dar cuenta que cuando Pablo dijo: “lo tengo por basura”; no se refería a sus conocimientos académicos del mundo secular como ciencia o cultura, estaba hablando de conocimientos y prácticas específicas relacionados a la ley mosaica. Para probar este punto simplemente es necesario leer desde cuatro versículos atrás:
Aunque yo tengo también de que
confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la
carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de
la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley,
fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la
justicia que es en la ley, irreprensible. Pero cuantas cosas eran
para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.3
A través de una cuidadosa lectura,
nos damos cuenta que cuando Pablo dijo: “lo tengo por basura”, se
estaba refiriendo a la justificación que viene por las obras de la
ley y no al conocimiento académico –sobre ciencia, cultura, etcétera–
que adquirió antes de conocer a Cristo. Al hablar de confiar en la
carne, hizo referencia a las personas que ponen su confianza en
sus acciones y no en la obra redentora de Cristo, porque si se
tratara de ser justificados delante de Dios por nuestras buenas obras
o por el cumplimiento de la ley mosaica, Pablo hubiera sido el
primero en obtenerla pues se consideraba a sí mismo irreprensible en
las obras de la ley, sin embargo, él estaba consciente que esas
obras no eran útiles para justificarse delante de Dios. Por
esa razón en otra de sus epístolas él dijo:
Porque por gracia sois salvos por
medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por
obras para que nadie se glorié.4
Pues si la salvación hubiera sido por
obras Pablo hubiera sido el primero en tener de qué gloriarse (desde su punto de vista), pero
en lugar de sentirse superior a otros confiando en su carne y a su
irreprensible cumplimiento de la ley, prefirió decir “lo tengo por
basura” y aceptar que no hay nada mejor que la muerte y la
resurrección de Jesús para ser salvos y aceptos delante de Dios.
Poniendo lo anterior en contexto, para
mí queda claro que la frase “lo tengo por basura” no hace referencia a los conocimientos académicos de Pablo sino a las obras que realizó
conforme a la ley, por lo tanto, él consideraba como basura y pérdida todo aquello de su persona que estaba validado en la ley mosaica.
Entonces, ¿cuál es el papel de nuestros conocimientos académicos en el mundo cristiano? Gracias al conocimiento de Cristo, los conocimientos que adquirimos en el mundo secular pueden ser puestos al servicio del ministerio, no como lo principal, pues Pablo tenía razón al decir que la excelencia es el conocimiento de Cristo. Es un hecho que puede parecer escandaloso incorporar elementos del conocimiento académico que forman parte del mundo secular si contemplamos el pasaje que nos pide no amar las cosas del mundo.5
Entonces, ¿cuál es el papel de nuestros conocimientos académicos en el mundo cristiano? Gracias al conocimiento de Cristo, los conocimientos que adquirimos en el mundo secular pueden ser puestos al servicio del ministerio, no como lo principal, pues Pablo tenía razón al decir que la excelencia es el conocimiento de Cristo. Es un hecho que puede parecer escandaloso incorporar elementos del conocimiento académico que forman parte del mundo secular si contemplamos el pasaje que nos pide no amar las cosas del mundo.5
Pero un tema es amar lo que es del
mundo y otra es, usar nuestro conocimiento académico como herramienta para el ministerio. Para que esto no parezca una opinión personal
carente de fundamentos bíblicos regresaré a tomar como ejemplo la
vida del mismo Pablo, en especial cuando viajó a la ciudad de Atenas6 para poner atención a las herramientas de evangelización que empleó en aquella
ocasión.
Ese pasaje nos dice que Pablo estaba
discutiendo con algunos filósofos de los epicúreos y de los
estóicos,7
los que conocen un poco de filosofía sabrán que para discutir con
un filósofo es necesario tener bases filosóficas sólidas, pues de
lo contrario los argumentos que se presenten caerán en descrédito.
Sin embargo, estos filósofos estuvieron dispuestos a escuchar el
mensaje de Pablo sobre el evangelio de Jesús y la resurrección de
los muertos.8
Además, cuando Pablo les dijo: “Vuestros propios poetas también
han dicho...”9
estaba demostrando que tenían un amplio conocimiento de la
literatura griega. Leyendo esta historia con cuidado nos podemos dar
cuenta que el mayor orgullo de Pablo era el conocimiento de Cristo y que sus conocimientos académicos, más que ser
basura, fueron una buena herramienta para la difusión del evangelio
en Atenas.
De lo anterior concluyo, que
efectivamente el conocimiento de Cristo es lo mejor que podemos tener
para desarrollarnos en la vida, pero que no es necesario tener por
basura nuestro conocimiento académico para el servicio en el cuerpo
de Cristo, que al contrario, pueden ser una herramienta útil de
evangelización si se saben usar y se permite la guía del Espíritu
Santo.
Se vale decir "lo tengo por basura" cada vez que trates de justificarte delante de Dios por medio de la ley y de tus obras, pero cuando se trate de tu conocimiento académico, piensa que puede ser utilizado en pro del evangelio y para el crecimiento del cuerpo, sin dejar de lado, que el conocimiento de Cristo es superior y más gratificante que cualquier otro conocimiento.
Mary Carmen Olague
1 Apocalipsis
21:5
2 2
Corintios 5:17
3 Filipenses
3:4-7 RV1960
4 Efesios
2:8-9 RV1960
5 1
de Juan 2:15
6 Hechos
17:16-34
7 Hechos
17:18
8 Hechos
17:18
9 Hechos
17:28
MUCHAS GRACIAS por la explicación definitivamente cuando no se estudia la gente suele caer en el literalismo biblico(tomarse casi todo literal) y legalismo quiero añadir algo y es que hay inclusive cristianos que esa frase " lo tengo por basura "la usan para referirse inclusive al estudio bíblico o teología lo cual es grave por que esas personas insinúan que es innecesario estudiar la escritura
ResponderEliminarShabat Shalom
ResponderEliminarMuchas gracias por la explicación. Dios le bendiga
ResponderEliminarGracias por todas las enseñanzas me parecen muy ajustadas a la palabra de Dios que edifican junto con él Espíritu Santo
ResponderEliminarMuy Buena explicacion gracias no es que sea malo tener cierto conocimiento o las obras que hacemos no Sean agradable al señor creo que pablo va mas alla al decir lo tengo por vasura.aunque todo lo que El practicable en si no era malo .pero d eso no depende nuestra salvacion
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