FE SOBRE ESPERANZA


FE SOBRE ESPERANZA

Via: Kisspng



“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”
Hebreos 11:1

Es muy fácil confundir la fe con la esperanza. La segunda tiene que ver con esperar algo, con tener los ojos puestos en el futuro llenos de ilusión, pero sin ninguna garantía de por medio; la fe, por el contrario, es certeza y seguridad de aquello que se espera. Los creyentes cristianos, se supone que tenemos esa convicción puesta en la Palabra de Dios, que la creemos contenida en la Biblia y que todas las promesas encontradas ahí son verdad, pues él no es hijo de hombre para mentir ni arrepentirse.[1]

Sin embargo, en algunas ocasiones se duda de ellas porque en el fondo no se está ni certero ni convencido de su fiabilidad, se piensa que son para otro tiempo, para otras personas y tal vez se puede tener esperanza de que en algún momento lleguen a ser, pero sin ninguna garantía. Falta la seguridad de saber que Dios es veraz y todo hombre mentiroso,[2] la certeza de saber que lo que él ha dicho se cumplirán en nosotros,[3] sí o sí, siempre y cuando le creamos.

Muchas veces no recibimos lo que esperamos, porque no hemos entendido que “por fe andamos, no por vista.”[4] No nos rige lo que encontramos en el mundo material, no estamos determinados por aquello que ven nuestros ojos ni por los dichos que formen parte de la tradición; nos mueve la seguridad que Dios nos ha dejado por medio de su Palabra (siempre y cuando tengamos fe en ella).

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”
Hebreos 11:6

Es necesario acercarnos a él con fe, estando en la plena seguridad de su existencia. Dios desea premiarnos a quienes hemos desafiado lo aparentemente racional para acercamos a él. Es un deleite pasar tiempo en su presencia, aun si no recibiéramos nada a cambio, pero él nos ama tanto, que ha decidido dejarnos muchísimas promesas que se cumplirán por medio de la fe.

“Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.”
Mateo 17:20

Con este pasaje Jesús dejó claro el poder que había en la fe, que puede quitar del camino cualquier estorbo o circunstancia que nos sea adversa siempre y cuando no haya dudas en nuestro corazón, ahí está la clave. No se trata de esperar a que algo suceda, de mantenerse quietos esperando la voluntad de Dios, porque ella ya está contenida en la Biblia (solo falta conocerla). Así que la falta de fe o la ausencia de esa convicción en su mayoría está causada por el desconocimiento o seguridad de la Palabra de Dios.

“así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.”
Romanos 10:17

Así que es mejor ya no perder el tiempo esperando y mejor invertirlo en el conocimiento de la Palabra de Dios, para fortalecer la fe, para comenzar a creer, sin importar lo que veamos, que el propósito de Dios se cumple en nosotros y que él, fielmente cumplirá sus promesas en todos aquellos que deseen creerle con plena confianza.



[1] Números 23:19
[2] Romanos 3:4
[3] Salmo 138:8
[4] 2 Corintios 5:7


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