VOLUNTAD DIVINA: SALUD


VOLUNTAD DIVINA: SALUD




“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.” (3 Juan 1:2)

Este versículo es un pequeño recordatorio que todos deberíamos de tener presente siempre, que mejor que grabado en la mente y en el corazón, pero sino es posible, por lo menos en un pequeño post-it pegado en el refrigerador o guardado en la cartera, para decirlo de vez en cuando en voz alta, para orarlo delante del Señor, para nunca olvidarlo.

Tradicionalmente se ha enseñado a un Dios de castigo que lleva el registro de nuestras faltas esperando sancionarlas a la primera oportunidad, pero no es el Dios que yo he conocido. Reconozco que todas nuestras acciones, buenas o malas acarrean consecuencias, pero de la misma forma sé, que cuando paso por alguna situación mala, como una enfermedad, por ejemplo, no son la voluntad divina sino que seguramente son el resultado de mis malas decisiones, pero nunca han sido el deseo de Dios para mí.

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Isaías 53:4-5

¿Por qué razón él llevaría nuestras enfermedades, sufriría nuestros dolores y pusiera sus llagas en garantía de nuestra curación si quisiera vernos enfermos? ¿Acaso sufriría en nuestro lugar para después negarnos el acceso a los beneficios de su sacrificio? Sinceramente lo dudo. Él ya sufrió físicamente cualquier padecimiento que nosotros hayamos tenido o podamos llegar a tener, porque simplemente desea lo mejor para nosotros y lo repite:

El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias. Mateo 8:17

La salvación que Jesús proveyó en la cruz es integral, se trata de la vida eterna al lado del Padre una vez que hayamos dejado este cuerpo, pero también incluye cientos de promesas que solo necesitan ser activadas por medio de la fe, para que podamos vivir plenamente mientras esperamos el paso a la siguiente vida. La voluntad divina es que tengamos salud, por eso:

quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. 1 Pedro 2:24

Cuantas veces sea necesario repetirlo se repetirá, hasta que quede afirmado en nuestros corazones que la voluntad divina es nuestra completa salud, porque el sufrió para darnos sanidad, porque él llevó todas nuestras enfermedades en su cuerpo para liberarnos de ellas, solo nos resta creerlo, porque “al que cree, todo le es posible.” (Marcos 9:23) No lo olvidemos.



Mary Carmen Olague

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