EMPEZANDO EL AÑO CON SABIDURÍA (escuchando consejo)
EMPEZANDO EL AÑO CON SABIDURÍA
(escuchando consejo)
Y
si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a
todos abundantemente y sin reproche, y le será dada (Santiago 1:5).
Es fácil comenzar el año con un puñado de
expectativas y buenas intenciones. Sabemos que pocas se quedan y muchas pasan o
tal vez no den el fruto que esperamos. La mejor estrategia para que este año no
quede solo en buenos deseos, y que se convierta en un 2020 de propósitos
cumplidos, es buscar la sabiduría de parte de Dios. Gracias a los proverbios
hay mucho que se puede decir de la sabiduría, pero por el momento, gracias a
una lectura detenida del primer capítulo, me quiero concentrar en una: escuchar
consejo.
Una de las principales características de
una persona sabia es que sabe escuchar el consejo de los demás (Proverbios
1:2-3). El sabio no es infalible ni perfecto, pero es una persona que se
reconoce en proceso de crecimiento y sabe que le es fundamental escuchar lo que
otros tengan que decir. Esto no quiere decir que deba tomar todo lo que le
dicen sin filtros, finalmente debemos llevar todo pensamiento cautivo a la
obediencia a Cristo para ver si se ajusta o no a su palabra (2 Corintios 10:5),
pero el sabio, sí debe ser una persona que preste oídos a consejos.
Si usamos como filtro la palabra de Dios,
podremos dejar de lado aquellos consejos que no nos aporten nada y dejar entrar
los que sean para nuestra bendición. Esa es una de las enseñanzas que podemos
rescatar de aquellas palabras que Dios le dio al profeta Jeremías cuando le
dijo que entresacara lo precioso de lo vil (Jeremías 15:19). No todo lo que nos
dicen es malo, si aprendemos de Dios, podemos sacar algo positivo de aquello
que inicialmente no lo parecía.
Desafortunadamente, estamos desarrollándonos
en un mundo donde nadie quiere escuchar consejo, donde se ama la simpleza y la
burla, pero se desprecia la reprensión (Proverbios 1:22). Es muy fácil encerrarse
en una burbuja y no dejar pasar opiniones de nadie, pero eso puede que no nos
lleve muy lejos. Si queremos crecer, si queremos madurar, si buscamos desarrollarnos,
necesitamos estar atentos a lo que nos puedan decir los demás, en especial las
personas más experimentadas en cada área, que ya sea por sus aciertos o por sus
errores, nos puedan decir qué camino conviene recorrer y de cuáles conviene alejarse.
Sin embargo, sin importar la edad que se tenga,
los consejos que más conviene atender vienen de nuestros padres, por eso la
palabra nos invita a escuchar sus instrucciones y direcciones (Proverbios 1:8).
En ocasiones, la experiencia puede ser mejor maestra que la ciencia, por ello
no dejemos pasar los consejos de quienes llevan más camino recorrido que el
nuestro.
Muchos no quieren escuchar consejos porque
no quieren ser sumisos ni entregarle el control de sus vidas a nadie, en
realidad ese no es el propósito. No se trata tanto de una relación de poder y sumisión con los demás, sino de tomar las herramientas correctas que nos permitan habitar confiadamente y vivir en
tranquilidad (Proverbios 1:33). Lo que todos necesitamos.
Así que, si en parte de tus propósitos de
este año está vivir con confianza y tranquilidad, quizás sea un buen momento para comenzar a
escuchar esos consejos que antes menospreciabas. Que este año, lejos de ponernos
metas difíciles de alcanzar, nos propongamos tener oídos más atentos a quienes
nos rodean, para que podamos aprender de ellos y mejorar en nuestro camino y si
vemos que no damos una y que nos hace falta sabiduría, es tiempo de pedírsela a
Dios, quien la dará sin ningún reproche.
Mary Carmen Olague
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