LA DECISIÓN ES NUESTRA (escojamos la vida)
LA DECISIÓN ES NUESTRA
(escojamos la vida)
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Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu
corazón, para que la cumplas. Mira, yo he puesto delante de ti hoy la
vida y el bien, la muerte y el mal; porque yo te mando hoy que ames a
Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus
estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios
te bendiga en la tierra […]. A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy
contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición
y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia;
(Deuteronomio 30:14-19)
El Dios todo soberano es tan bondadoso,
que a pesar de tener el control de todo, decidió darnos a nosotros la autoridad
en este mundo, ya sea para que escojamos, como dice en este pasaje le bien y la vida o el mal y la muerte. Esto explica el puño de calamidades que hay en el
mundo, muchas veces sin causa aparente, porque consciente o inconscientemente,
muchos han escogido el mal, trayendo como consecuencia muerte a sus vidas.
Seamos sabios y escojamos el bien, que,
como se nos enseña en el pasaje que abrimos, consiste en tener la palabra de
Dios en nuestra boca y en nuestro corazón. Ese es el verdadero camino de la
vida, porque viviendo apegados a su palabra es que podremos transitar por el
camino del bien y la vida que es Jesús:
Jesús
le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino
por mí. (Juan 14:6)
Jesús y su palabra son el único camino
para encontrar la vida y la salvación eterna, tanto en este mundo como en
el venidero, por eso él dijo que vino a darnos vida y a darla en abundancia (Juan
10:10), porque quiere que vivamos bien, pero eso nunca lo veremos si no tomamos
la correcta decisión de vivir con su palabra en nuestra boca y en nuestro
corazón. No es algo que Dios deba hacer por nosotros, es una decisión personal
que cada quien debe asumir junto con sus consecuencias.
Dios quiere lo mejor para nosotros y nos dio un camino muy sencillo que inicia
con una fácil confesión:
que
si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que
Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para
justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
(Romanos 10:9-10)
Ese es solo el comienzo,
una vez que decidimos confesarle como el Señor y salvador de nuestra vida, si
seguimos teniendo su palabra en nuestro corazón y en nuestra boca, podremos ver
todas las bendiciones que ya nos han sido dadas, pues él ya “nos bendijo con
toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1:3).
¿Queremos transitar por el camino del bien
y la vida? ¿Deseamos ser partícipes de todas las bendiciones espirituales que
nos han sido dadas en Cristo Jesús? Tomemos la correcta decisión de seguir a
Cristo teniendo su palabra en nuestra boca y en nuestro corazón para que en
todo nos vaya bien, porque ese es el maravilloso resultado de estar siempre en
su palabra:
Nunca
se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche
meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está
escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
(Josué 1:8)
Escoge siempre la vida, escoge seguir a
Cristo, siguiendo con su palabra dentro de ti, para que meditando en ella de
día y de noche puedas guardarla y hacer todo lo que en ella esté escrito y así,
todo te salga bien. Escoge la vida en su palabra para que puedas vivir sus
bendiciones trayendo vida para ti y para tu descendencia.
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